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Aprender un nuevo lenguaje no consiste sólo en memorizar palabras y reglas gramaticales. Implica un complejo proceso en el que intervienen varias áreas del cerebro. Durante el mismo, nuestro cerebro tiene que adaptarse a nuevos sonidos, gramática, ortografía y vocabulario. Todos sabemos lo agotador que puede resultar a veces, pero el esfuerzo merece la pena. Los estudios han demostrado que puede tener un impacto positivo en la función cognitiva, la conectividad cerebral e incluso la salud mental. Además, puede ser algo divertido a la par que entretenido.

Idiomas y cerebro: ¿cuál es el vínculo?

El uso del lenguaje, incluso el nuestro, implica una función mental compleja que involucra varias áreas del cerebro, como el área de Broca y el área de Wernicke. La primera es la responsable de la articulación de nuestros pensamientos, mientras que el área de Wernicke nos permite comprender a la otra parte. Estas áreas están interconectadas por un haz de fibras nerviosas llamado fascículo arqueado, que facilita el intercambio de información entre ellas. Al estudiarlo, activamos estas áreas del cerebro y al ponerlas a trabajar, aumentamos nuestras capacidades mentales.

Materia gris en crecimiento

El conocer una segunda lengua puede aumentar la densidad de materia gris en el cerebro en comparación con los monolingües. La materia gris es la parte del cerebro responsable del procesamiento de información y contiene los cuerpos celulares de las neuronas. La neuroplasticidad es crucial para la memoria, y desempeña un papel fundamental en el mundo educativo.

¿Es bueno para el cerebro?

Sí, sin duda. Hemos visto que puede provocar cambios estructurales, como una mayor densidad de materia gris en las áreas lingüísticas del cerebro. Además, mejora la capacidad de nuestra corteza cerebral para realizar diversos procesos mentales al aumentar la conectividad.

¿Cómo mejora la memoria al estudiar un segundo idioma?

Amplía nuestra memoria al potenciar la neuroplasticidad del cerebro, esta es una de las principales ventajas. Ya hemos visto lo que significa este término, pero también podemos hablar de este proceso en términos más sencillos.

Este tipo de conocimiento no sólo mejora la memoria, sino que también tiene otros beneficios, poseen la habilidad de cambiar fácilmente de tarea y de estilo de pensamiento, lo que se conoce como flexibilidad cognitiva.

Otros beneficios cognitivos

No es sólo mejorar la memoria: ¡hay mucho más! Las personas que conocen más de uno -especialmente las que han tenido la oportunidad de crecer en un entorno multilingüe- suelen tener mejor concentración, autocontrol y memoria de trabajo. Además, saben cambiar de tarea y de estilo de pensamiento.

Beneficios para la salud mental

Conocer una nueva lengua también puede repercutir positivamente en la salud mental. ¿Sabías que el bilingüismo puede retrasar la aparición de la demencia y mantener nuestro cerebro vigoroso incluso cuando se es mayor? En pocas palabras, si hacemos todo lo posible por hablar francés, español, mandarín, húngaro -o cualquier otro idioma que elijamos- estamos trabajando activamente para salvar nuestro cerebro del deterioro relacionado con la edad.

Y aún hay más. Estudiarlo también puede reducir la depresión y el estrés, ya que te obliga a centrarte en el momento presente y a realizar una actividad estimulante.

Otros beneficios

Las ventajas van más allá de la función cognitiva. Puede hacer que nuestros horizontes crezcan, mejorar nuestra conciencia cultural y abrirnos nuevas oportunidades tanto en el ámbito personal como en el profesional.

Cómo aprender un nuevo idioma

Hay varias formas de aprenderlo: haciendo un curso especializado, utilizando aplicaciones o sumergiéndose en un entorno lingüístico. La forma más eficaz de dominarlo puede depender de tu estilo y tus preferencias personales. La práctica y la inmersión son la clave del éxito y, para que este proceso sea aún más fácil, en LiveXP puedes obtener fácilmente el apoyo de los mejores profesionales del sector educativo.

Aprendizaje de idiomas